Destruyen rusos último puente de Severodonetsk
Severodonetsk está prácticamente aislada. Sus principales conexiones con el resto de Ucrania, los cuatro puentes (incluido uno ferroviario) que unían la ciudad con la vecina Lisichansk, al otro lado del río Siverski Donetsk, han sido destruidos por el ejército ruso. La situación dificulta (si no imposibilita) la evacuación de la población civil. Al menos hay 12.000 personas atrapadas en la pequeña localidad industrial de la provincia de Luhansk, cuya lucha determinará el futuro de la región del Donbass. Más de 500 de ellas, incluidos 40 niños, permanecen en la planta química de Azot, donde resiste el ejército ucraniano, mientras los rusos controlan el 80% de la ciudad.
Lee: Biden anuncia sanciones para debilitar a Rusia; “le va costar caro”
Son datos que proporciona el jefe de la Administración Militar de la región de Luhansk, Serguéi Haidai, quien el lunes advertía que la destrucción del puente de Proletarsky el fin de semana -situado al norte de los otros dos: Yuvileyny y Pavlograd, impracticables desde hace días- dejaba a los civiles que aún permanecían en Severodonetsk atrapados e impedía la entrega de suministros humanitarios. Más tarde, ofrecía un informe más favorable de la situación a la agencia AP: "Todavía hay una oportunidad para la evacuación de los heridos y la comunicación con el ejército ucraniano y los residentes locales", apuntó este martes.
Entre tanto, la artillería rusa sigue golpeando la planta química de Azot, cuya situación corre el riesgo de convertirse en otra Mariúpol, aunque sus instalaciones son menos resistentes que la acería de Azovstal, donde se refugiaron durante semanas cientos de civiles y más de 2.500 combatientes en el sitio la ciudad portuaria del sur de Ucrania.
El Ministerio de Defensa de Rusia anunció que abrirá el miércoles un corredor humanitario para evacuar al medio millar de civiles atrapados en la fábrica, aunque con destino a la ciudad de Svatove, a unos 50 kilómetros al norte, en territorio ucraniano controlado por los rusos. Además, pidió a los militares ucranianos atrincherados en la planta que abandonen la resistencia y depongan las armas, aseguró en un comunicado el coronel general Mijaíl Mizíntsev, jefe del Centro de Control de la Defensa Nacional de Rusia.
Te puede interesar: Ucrania y Rusia logran “acuerdo temporal” de alto al fuego para evacuar civiles
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, lamentó en su discurso del lunes por la noche que la batalla por el Donbass pasaría a ser una de las más brutales de la historia europea. La región, que comprende las provincias de Luhansk y Donetsk, autoproclamadas repúblicas populares autónomas por los separatistas rusos. "Para nosotros, el precio de esta lucha es muy alto. Es simplemente aterrador", añadió. Hace unos días, las bajas de soldados ucranianos en los combates de esta ciudad era de entre 100 y 200 al día.
Por eso, Zelenski hizo el enésimo llamamiento a los aliados occidentales para que envíen "artillería moderna que garantice la ventaja" ucraniana. Su asesor, Mijailo Podolyak, fue más concreto al publicar en Twitter directamente una lista de deseos: Ucrania necesita 1.000 obuses, 500 tanques y 1.000 aviones no tripulados, entre otras armas pesadas.
Rusia, por su parte, defiende que su principal objetivo es proteger Donetsk y Luhansk, según remarcó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aunque su estrategia de combate de tierra quemada destruya en su avance todo lo que se le ponga por delante. Cuando empezó la invasión rusa de Ucrania, el 24 de febrero, el presidente ruso, Vladímir Putin, justificó su "operación militar especial" con el fin de "desnazificar" su país vecino. Vanguardia
*MG