“Mi ideal político es el democrático.
Cada uno debe ser respetado como persona
y nadie debe ser divinizado.”
Albert Einstein
Simpático este nuestro presidente, mire que tratar de convencernos que el ejercicio convocado por él mismo, OJO no por otro poder del Estado o por cualquier ente ciudadano, para refrendarse en su cargo, fue un éxito.
Si consideramos solo los números, por supuesto que le fue bien -aunque seguro no como esperaba-, 15 millones de votos no son nada despreciables. Claro que es la mitad de lo que obtuvo para llegar a la Presidencia, pero entendamos que en este ejercicio no se estaba votando por elegir a nuestros próximos representantes públicos, de modo que era previsible un escaso interés de la población. Sin embargo, lo que si hay que señalar es que el voto duro de López Obrador, que no de Morena, disminuyó drásticamente, es decir, no pudieron convencer ni a sus mismos seguidores de salir a perder el tiempo en lo que para la mayoría representó un circo de autopropaganda y autoadulación. Ahora bien, también hay que destacar que muchos de quienes no acudimos a las urnas, lo hicimos no por falta de interés sino por una certera convicción de la farsa y simulación democrática que ello representó.
Una Consulta de Revocación de Mandato impulsada y promocionada cínica e ilegalmente, todos los días y durante meses, por él mismo, por los integrantes de su Gabinete encabezados por el Secretario de Gobernación, por sus 18 gobernadores, por sus legisladores, por su partido y, preocupante y peligrosamente, por las Fuerzas Armadas de nuestro país, fue un absoluto despropósito en lo que al fortalecimiento de la democracia y el Estado de Derecho mexicanos se refiere.
16.5 millones de votos en total que costaron 1,692 millones de pesos formales, porque en la informalidad, fuimos testigos en todo el país de la puesta de carpas informativas, espectaculares, pinta de bardas, cientos de activistas vestidos de guinda, reparto de papelería, marketing en redes sociales, acarreo, etc. Y queda la pregunta de ¿quiénes lo pagaron, con qué recursos y cuánto se gastaron? Pero más aún, ¿los responsables serán investigados y sancionados? Es probable que a estos delincuentes no se les aplique la ley, al menos no en lo que resta de este sexenio, simple y sencillamente porque quienes están a cargo de hacerla cumplir, son los mismos que la violaron pública y descaradamente.
Y es una pena, porque esta Consulta por la Revocación de Mandato podría haber representado un gran instrumento de participación ciudadana, pero paradójicamente López Obrador y su pandilla de transgresores de la ley lo convirtieron en una herramienta de conspiración contra la democracia, sirviendo básicamente para tres propósitos: mantener la imagen de AMLO en el imaginario colectivo; reforzar con ello a sus candidatos en las elecciones constitucionales a celebrarse en 6 estados el próximo mes de junio; y, continuar con su campaña de debilitamiento de las instituciones, en este caso las electorales.
Porque para nadie era un secreto que en esta votación por un solo personaje, el SI por la continuidad de AMLO iba a ganar, como tampoco nadie dudaba que la participación iba a ser mucho más baja del 40% del padrón electoral, quedó en un 18%. Se armó una elección para votar a un solo personaje, y se diseñó desde el poder todo un ejercicio de promoción, movilización y propaganda. Un circo carísimo en un país con muchísimas otras prioridades. Su carita sonriente impresa en todos lados, fue una burla para los cientos de niños mexicanos con cáncer a quienes se les retiraron los medicamentos y el servicio de salud necesarios para sobrevivir, gracias a lo cual en su sexenio han muerto más de 1000; una burla también para los millones de niños desprotegidos dada su necedad para dotarlos de la inmunización necesaria contra el Covid19 o por el desabasto de vacunas para completar el esquema básico; o para los miles de mexicanos sin atención médica adecuada por el abandono presupuestario en que mantiene al sistema de salud. Y esto solo por hablar de lo que más duele, porque ahí está su pésimo desempeño en todas las demás políticas de gobierno: la de seguridad pública, la energética, la educativa, la ambiental, etc.
En lo único en que el Señor López está aprobado, es en su enorme capacidad electoral y de destrucción. Así que para todos los que quedaron contentos con los resultados de esta Consulta asumiendo es una muestra de debilidad del Jefe del Ejecutivo Federal, les tengo malas noticias: este año se hará de al menos 4 gubernaturas más, es decir, logrará para Morena 22 de las 32 existentes. Ahora bien, si a este poder territorial y presupuestal le sumamos la inexistente capacidad de los partidos de oposición para volver a encantar al ciudadano o, al menos, ser justo eso, oposición, el panorama se complica. Así que tengamos claro que la mira del Divino está en la elección presidencial del 2024 y que no tendrá reparo en hacer lo necesario para heredar la “Silla del Aguila” a su preferida o preferido, aunque en el camino el país se caiga a pedazos, porque su vocación no es la de gobernar o administrar, su vocación es la de poder para y por el poder absoluto.
*LP