Menopausia: mitos, realidades y la importancia de una atención individualizada
Con el aumento de la esperanza de vida, millones de mujeres enfrentarán la menopausia en las próximas décadas, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE), cerca de cinco millones de mujeres, entre los 45 y 55 años, están en la etapa en la que cesa la menstruación y disminuye la producción de estrógeno y progesterona.
Aunque el tema ha ganado visibilidad en los últimos años, persiste la falta de información clara y accesible. Clotilde Vázquez, endocrinóloga de la Fundación Jiménez Díaz, destaca que, aunque se han dado grandes pasos, la sobreabundancia de datos contradictorios puede generar confusión.
Síntomas diversos y abordajes personalizados
La menopausia es un proceso natural, pero los síntomas que la acompañan pueden variar ampliamente, por ejemplo, cambios en el estado de ánimo, trastornos del sueño, incontinencia urinaria, disfunciones sexuales y hasta alteraciones cognitivas son algunos de los más frecuentes.
Silvia P. González, ginecóloga y presidenta electa de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia, señala que se han identificado más de 100 posibles síntomas, aunque no todas las mujeres los experimentan de igual manera.
De hecho, se estima que un 15% de las mujeres atraviesa esta etapa sin síntomas significativos, mientras que otro 25% enfrenta molestias severas que impactan su calidad de vida. En estos casos, los tratamientos no farmacológicos, como la mejora en la alimentación, el ejercicio regular y los cambios en el estilo de vida, suelen ser útiles. Sin embargo, cuando los síntomas son graves, el tratamiento farmacológico, incluido el reemplazo hormonal, puede ser la opción más efectiva.
El temor al reemplazo hormonal y sus orígenes
El uso de hormonas como parte del tratamiento aún genera resistencia, derivada del estudio WHI de 2002, que alertó sobre posibles riesgos asociados. Aunque investigaciones posteriores han rebatido muchas de estas conclusiones, el estigma persiste. Clotilde Vázquez explica que el término “reemplazo hormonal” ayuda a normalizar su uso, al enmarcarlo como una sustitución de lo que el cuerpo deja de producir naturalmente.
A pesar de las opciones disponibles, muchas mujeres enfrentan barreras para acceder a estos tratamientos, como la falta de actualización médica y la percepción de que deben "aguantar" los síntomas. Vázquez compara esta actitud con la falta de tratamiento en enfermedades crónicas: “¿Le preguntarías a un diabético si puede vivir sin insulina? Hay que analizar cada caso y ofrecer un abordaje personalizado”.
Hacia una atención integral de la menopausia
Además de los tratamientos médicos, expertos como Alberta Fabris abogan por una visión integral que incluya aspectos sociales y emocionales. “Muchas mujeres necesitan más apoyo de sus redes familiares, tiempo para cuidar de sí mismas y un sistema que permita reducir el ritmo frenético de la vida”, señala Fabris.
Prepararse para esta etapa con anticipación puede marcar la diferencia. Cambios en el estilo de vida, como mantener una dieta equilibrada, evitar el sedentarismo y cuidar la salud mental, pueden ayudar a reducir los riesgos de osteoporosis, enfermedades cardiovasculares y otros problemas asociados a la menopausia.
En última instancia, el objetivo es normalizar la menopausia como un proceso más en la vida. “Lo fundamental es ser feliz, vivir lo mejor posible y afrontarlo con naturalidad, como cualquier otro déficit hormonal”, concluye Clotilde Vázquez.
Con información de El País
*ARD
