El futuro del AIFA
Pasó inadvertida para la mayoría, pero fue un estruendo en la comunidad especializada.
El periódico “El Financiero” obtuvo tras numerosas solicitudes de información, acceso al polémico Anexo 5 del Título de Concesión del Aeropuerto Felipe Ángeles (AIFA).
La información que se menciona en el documento oficial es inequívoca, nueve de los 12 lugares del consejo de administración del AIFA, están ocupados por personal militar, comenzando por el presidente del consejo, consejeros propiamente dichos y consejeros independientes.
No deja de llamar la atención que varios de esos personajes no tienen la menor experiencia en temas relacionados con la aviación.
Por lo pronto, el presidente del Consejo es el general de división diplomado del Estado Mayor, Agustín Radilla Suastegui, actual subsecretario de la Defensa Nacional. El director es el general de brigada diplomado René Trujillo Miranda y uno de los consejeros es el director del Banjército, Ricardo Flores González.
Dos generales de división diplomados de Estado Mayor fungen como consejeros independientes: Luis Arturo Oliver Cen y Alejandro Vázquez Flores.
A los civiles les tocaron tres lugares.
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Uno al director general de Programación y Presupuesto “A” de la Secretaría de Hacienda; al subsecretario de Transportes y el titular de la Unidad de Asuntos y Cooperación Internacionales de la Secretaría de Turismo.
Hay que recordar que el 21 de noviembre de 2021, la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) reservó por cinco años los anexos técnicos que contienen los estudios de aeronavegabilidad, planes de inversión y otros documentos más relacionados con el AIFA.
Según la autoridad, la revelación de algunos datos podría terminar en actos de “sabotaje” en contra del proyecto del AIFA.
Más lejos, “Al tratarse de una obra de infraestructura de carácter estratégico y prioritario para el Estado, proporcionar a un tercero la información del expediente, pudiera posibilitar un sabotaje para materializar el mismo y poner en riesgo su construcción posibilitando un impacto debilitador para la seguridad nacional”, respondió la AFAC a una solicitud de transparencia del periódico “El Financiero”, en ese año.
El argumento es baladí, considerando que la concesión es para usos de aeronáutica civil, no militar. Con todo, el AIFA destinará sus utilidades hacia la secretaría de la Defensa, con la idea de que les ayude a solventar sus pensiones.
Si se toma en cuenta que el AIFA, desde el punto de vista legal, es una concesión otorgada por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) al Ejército, extensible por 50 años y con posibilidades de ser prorrogada por otro tanto más, la Sedena podría quedarse con el aeropuerto Felipe Ángeles, por un siglo.
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De las anécdotas que se cuentan
El periodista Enrique Quintana conversó en la Convención Bancaria, que tuvo como sede al complicado y violento territorio de Acapulco, Guerrero, con la gobernadora del Banco de México, Victoria Rodríguez Ceja.
La plática con Quintana seguramente fue un movimiento por parte de alguien que pudo identificar la extraordinaria relevancia que tiene la percepción negativa que tiene encima la gobernadora Rodríguez.
Dos características se le apuntan, justificadamente. La primera es que no tiene ni remotamente la experiencia técnica para conducir al Banco de México. Y la segunda es que su independencia de Andrés Manuel López Obrador es nula.
Quintana sabe lo que hace y se le respeta; por ello, habrá que darle el beneficio de la duda a su diagnóstico sobre Rodríguez. “(A la gobernadora) le tocó un ambiente especialmente complicado tras la imprudencia del presidente de la República que comentamos en este espacio el viernes pasado, de revelar anticipadamente la decisión de la Junta de Gobierno del Banco de México.
En ese contexto, le pregunté expresamente si tenía confianza en la preservación de la independencia y autonomía del Banxico. Y su respuesta fue categórica: sí.
“No sólo por ella misma sino por el hecho de que todos los integrantes de la Junta de Gobierno, quienes toman sus decisiones más relevantes, actúan con plena autonomía.
“Vi a una funcionaria preocupada seriamente por la elevada inflación que tenemos y muy atenta, tanto a su evolución como a las decisiones que tomará en el futuro la Reserva Federal de Estados Unidos.
“Creo que quienes tenían reservas respecto a la autonomía de criterio y a la capacidad de la funcionaria, pueden estar tranquilos. Me parece que sabe cuál es su trabajo y ha demostrado en estos meses que lo hace correctamente”.
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Por el bien de México, esperamos todos que Quintana tenga razón.
Como colofón queda la participación en el evento de Acapulco, de Rogelio Ramírez de la O, secretario de Hacienda de López Obrador, quien se hizo ubicuo y se mueve en un sinnúmero de reuniones con calificadoras, bancos y fondos estadounidenses.
Dependiendo del periódico, será la calificación hacia la intensa labor de Ramírez de la O: algunos lo califican de hiperactivo y no más, al tiempo que otros aplauden su tarea de promotor, haciéndole al Alfonso Romo en versión técnica.
En lo que todos coinciden es que Ramírez de la O sabe que hay muchos expertos tamborileando los dedos, esperando a las respuestas del gobierno federal mexicano, considerando el alza de las tasas de interés y lo que pueden producir sobre la deuda pública.
Eso sí, se le reconoce que al menos no inventa quimeras, ya ha dicho por activa y por pasiva que ni de broma se cumplirá la meta de crecimiento del 4 por ciento en 2022.
Eso significa una cosa para los iniciados, que los Presupuestos federales y todo lo que se planeó sobre ellos van a tener un brusquísimo ajuste, por la obvia caída en la expectativa del PIB de este año.
Esta inaudita demostración de sinceridad por parte de Ramírez de la O, va a costarle un encontronazo en Palacio Nacional.
Ya se verá.
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